Este sábado 30 de julio de 2016, se llevó acabo en la Catedral de San Isidro de El General, el Primer Encuentro Diocesano de Ministros Extraordinarios de la Comunión, el cual dio inicio a las 9:00 am. El objetivo de este encuentro es que los Ministros Extraordinarios de la Comunión compartan su experiencia y tomen conciencia que por más dificultades que se encuentren en su servicio en la Iglesia, no están solos, sino que hay todo un ejército de cristianos comprometidos que en sus distintas parroquias y comunidades luchan día a día por contribuir con la misión evangelizadora que se les ha encomendado.
Mediante una dinámica, se presentaron cada una de las parroquias ahí representadas por sus MEC’s. Seguidamente se entonaron algunos cantos que sumergieron a los participantes en ese ambiente de alegría pero también de reflexión y de preparación para dar la bienvenida a ese SER que debe ocupar el centro de todo cristiano y especialmente de cada Ministro Extraordinario de la Comunión: JESÚS SACRAMENTADO. Durante este espacio de adoración eucarística, cada participante pudo tener la oportunidad de encontrarse con ese Jesús Misericordioso, con ese Jesús que es Misericordia, con ese Jesús que está presente en su vida, con ese Jesús que viene a su encuentro y le permite experimentar su misericordia. Mientras Jesús Sacramentado avanzaba en su peregrinar por entre los pasillos de Catedral, los MEC’s pudieron experimentar diferentes sentimientos o emociones, llegando incluso algunos a derramar lágrimas de alegría, de regocijo, de arrepentimiento ante Aquél que tanto le ama… y así es capaz de experimentar en lo más profundo de su ser, el toque de Jesús, ese toque que le hace quebrantarse ante su presencia.
Se continuó con la reflexión sobre el tema del día, el cual se desarrolló dentro del marco de la Misericordia y estuvo a cargo del Pbro. Juan Carlos Quirós González, párroco de Platanillo de Pérez Zeledón. Quejando claro que la Misericordia significa Acercarse a. Por tanto el lema de este Año Jubilar de La Misericordia, lo que nos pide es que seamos Misericordiosos como el Padre, es decir, que seamos capaces de acercarnos al corazón del otro. Para ello se recurrió también a las palabras que nuestro Papa Francisco en algún momento nos ha dicho, que estamos viviendo la época del descarte. Época en la que no nos importa lo que esté viviendo el otro, si está en necesidad no es nuestro problema. Cuando la misericordia lo que nos pide es que nos abramos a la posibilidad de sentir con el otro su dolor, su angustia, y de esta manera ser Misericordia con él.
Es importantísimo que cada Ministro Extraordinario de la Comunión, asuma responsablemente la virtud de la humildad. Virtud que le permite bajarse al nivel del otro, dejando de lado el orgullo o ego. Todo MEC’s está llamado a ser Misericordioso como el Padre, a acercarse al corazón del otro, siendo humilde en todo momento, de modo que pueda entonces transmitir a los demás la Misericordia de Dios, esa misma Misericordia que constantemente recibe de Dios Encontrándose así con EL OTRO (Dios), con lo otro (naturaleza, creación) y con los otros (sus hermanos).
Para profundizar más en este tema, los MEC’s tuvieron unos minutos para compartir entre sí, en subgrupos, acerca de cómo fue su llamado al Ministerio y cuáles son las experiencias que a lo largo de su servicio le han marcado de algún modo particular. Posteriormente, los participantes del Encuentro, hicieron una pequeña peregrinación e hicieron su ingreso por la Puerta Santa, lo que les permitió ganar Indulgencia Plenaria y así vivir de cerca una vez más la Misericordia de Dios Padre, quien también hoy les regaló la oportunidad de recibir el sacramento de la Reconciliación. Se finaliza el encuentro con la expresión más excelente, más grande, para todo cristiano: La Eucaristía. Se contó con la participación de Pbro. Juan Carlos Quirós y Pbro. Fray Andrés Ortiz, párrocos de Platanillo de Pérez Zeledón y Agua Buena de Coto Brus, respectivamente.
La Palabra de Dios es invitación a vivir esta Misericordia con los demás. Dios tocando el corazón de aquél a quien llama, brinda a éste que ha tocado, la capacidad de anunciarle sin miedo, dándole la capacidad de ser valiente en medio de un mundo que no es tan valiente, aunque es bueno, pero en un mundo donde me falta destronarme de mi seguridad para compartir en el corazón del otro. Si Dios se ha bajado, se ha hecho hombre y ha compartido esta debilidad humana, sin dejar de ser Dios, pues yo tengo que armarme del valor de Juan el Bautista, del valor de Jeremías y proclamar al mundo la misericordia. Sean valientes anunciadores de Jesús. Cuántos de nosotros hemos podido experimentar la misericordia a través de una palabra de aliento, de cercanía, con un abrazo, con un acercamiento… Vivamos la Misericordia, metámonos en el corazón del otro, no como un intruso, sino como un hermano y en el compartir con el otro, para vivir la experiencia de Dios. Vivamos esa fraternidad y reconoceremos verdaderamente a la Iglesia que actúa. Que el Señor nos bendiga, les bendiga y nos haga entonces sentir lo que cantábamos en el salmo, estamos defendidos y ayudados por Dios, fueron las palabras del Pbro. Quirós durante la homilía.