Homilía Domingo de la Santísima Trinidad

Homilía pronunciada por: Mons. Fray Gabriel Enrique Montero Umaña.

Hermanos y hermanas esta es una gran fiesta, porque después de haber celebrado todo lo que fue la semana santa y la pascua, ahora nos encontramos con, la semana pasada, pentecostés y esta semana con esta gran fiesta de la Santísima Trinidad. Pueda ser que a algunos nos diga mucho, pueda ser que no nos diga mucho, porque algunos dicen o parecen decir o aún sin decirlo: bueno sí, pero eso de que en Dios hay tres personas pero es un solo Dios, eso nadie lo entiende. Porque la lógica humana y en las matemáticas humanas, si hay un Padre que es Dios y un hijo que es Dios y un Espíritu Santo que es Dios, ¿cuántos dioses son? En la lógica humana y en la matemática humana son tres y a nosotros nos dice la fe que no, que no hay tres dioses, es un solo Dios en tres personas, que es diferente. Sin embargo muchos de nosotros como que a eso no le damos mayor importancia; eso los católicos o los cristianos, ahora todos los demás ni mencionarles la Trinidad, es una ofensa para ellos hablar de un Padre y un Hijo y un Espíritu, es una locura, es una aberración, es una verdadera ofensa que les hablen de la Santísima Trinidad. Para nosotros es una verdad fundamental.

¿Pero qué hacemos nosotros muchas veces? Como esa cuestión yo no entiendo, ¿cómo es eso que un Dios en tres personas y cada uno de ellos son Dios y no son tres dioses, sino un solo Dios?, pues entonces yo simplemente me quedo con un Dios, basta que sea un Dios que exista y nada más uno y qué me voy a complicar más la cosa. ¿Qué hace uno con un libro que está leyendo que no entiende nada? Lo deja. ¿ O va a seguir leyendo un libro si no entiende nada? Lo deja. Si no entiendes la Trinidad, ¿qué haces?, la pones al lado, no te preocupes de eso, para qué te vas a quebrar la cabeza. Dios existe, Dios es un solo Dios y eso basta. Y terminamos nosotros los cristianos muchas veces rechazando la Santísima Trinidad sin saberlo, tal vez sin quererlo, porque en nuestra mente todos esos mecanismos son para facilitar la cosa, porque es más fácil creer en un solo Dios y se acabó. Sólo Dios sí, pero en tres personas. ¿Por qué se revela Dios en tres personas? ¿Por qué no pudo haber sido en uno solo? ¿Por qué no podían haber sido sólo dos? ¿Por qué no son cinco, diez o veinte? En primer lugar son tres, porque es lo mínimo que se necesita de personas para integrar una comunidad y porque Dios es comunidad y Dios es esencialmente comunidad, comunidad de personas y comunión de personas en el amor. Esto es todavía más importante, es comunión de personas en el amor. Por eso no podía ser uno solo. ¿Cómo va a haber comunión de personas con una sola? Además nuestro Dios que es un Dios amor, no podía haber sido uno solo, porque uno solo no puede amar, sino amarse a sí mismo. Eso es egoísmo, es un egoísmo y aunque fueran dos, es prácticamente un egoísmo entre dos. Se necesita un mínimo de tres para que haya una comunidad. Era innecesario, por tanto, que fueran cinco, diez o veinte, absolutamente innecesario. Dios se reveló como una comunidad de personas, pero además se reveló como uno que es Padre y uno que es Hijo y el otro que es Espíritu Santo. Qué raro, ¿por qué no podrían haber sido tres padres? No, no podía haber sido tres padres. ¿Por qué nada más tres hijos, nada más tres hijos? No, no podía haber sido tres hijos, ni tres espíritus, no. Dios quiso y así tenía que ser que fuera uno Padre y el otro Hijo y el otro Espíritu Santo, porque Dios se reveló como una familia. Si Dios es comunión de personas y comunión en el amor, Dios es una familia. Eso es lo que Dios quiere de la familia, esa es una familia en la mente de Dios, que la quiso desde toda la eternidad. Una comunión de personas en el amor, padre, esposo y esposa y los hijos, en fin; esa comunión de amor entre varias personas, esa es la imagen de la Trinidad en la familia.

Hermanos una cosa importante recordar que a veces parece que no le damos mayor importancia, cada una de las personas es distinta, uno no se puede relacionar igual con el Padre que se relaciona con el Hijo o con el Espíritu, absolutamente no. Con el Padre tenemos una relación filial, porque él es el padre y yo soy el hijo y la relación que tenemos es filial. La relación que tenemos con el Hijo es fraterna, porque él es el hermano y no confundamos a Jesucristo con el Padre, él no es el Padre y es muy diferente el Padre, por eso uno es Padre y por eso el otro es Hijo y la relación es fraterna y con el Espíritu la relación es esponsal. Es decir, es de esposo o esposa y no querramos confundir al Espíritu ni con el Padre ni con el Espíritu, ni con el Hijo, porque son diferentes.

Como si yo llegara a una casa que no conozco, pero en fin, estoy invitado a una casa donde está el papá, la mamá y los hijos y yo empiezo a tratar al papá como si fuera uno de los hijos, no, no, él no es uno de los hijos, es el papá o es la mamá. Una relación diferente con alguien que es el padre a una relación con alguien que es el hijo o la hija. Igualmente con Dios, corremos el peligro de no relacionarnos con el Dios cristiano, con el Dios revelado por nuestro Señor Jesucristo si no aprendemos a relacionarnos al Padre como padre y nosotros como hijos, al Hijo como hermano y nosotros como hermanos de él y hermanas y si no aprendemos a relacionarnos con el Espíritu con una relación esponsal, porque él es el esposo y él es el que crea la unidad entre toda la Iglesia y toda esa familia, es el vínculo de la unidad y es el vínculo de la caridad, el Espíritu Santo.

Sería un poco lejos ir un poco más en detalles de este gran misterio, pero tengamos el cuidado de no perdernos esta maravilla de la revelación de la Santísima Trinidad teniéndola nada más como un santito de devoción; como si fuera un santito de devoción. Hay un señor que yo recuerdo, claro estaba tomado, pero entonces no encontraba su casa y lo llevamos a su casa y decía que su casa estaba ahí por donde estaba la santa. ¿Cómo la santa? Sí, la santa, por donde está la santa, ahí está mi casa. ¿Cuál era la santa? La Santísima Trinidad que había ahí por su casa una imagen de la Santísima Trinidad y él la llamaba la santa; diay porque para él era una santa, qué iba a saber de la Santísima Trinidad. Tengamos cuidado con eso, de no descuidar este gran misterio, con las lecturas de hoy y con otras lecturas sobretodo San Juan, nos ayuda a comprender a la Santísima Trinidad como un modelo de comunicación, como un modelo de comunión, un modelo de comunidad y entender el cristianismo como una religión de comunidad. Nadie puede vivir su cristianismo aislado, solo, egoísta… no puede, tiene que vivirla en comunión con los demás. Y hagamos un esfuerzo también por entender que si Dios se nos reveló así, es para que nosotros aprendamos a relacionarnos también así. Esto es tan grave, tan grave, que si yo no aprendo a relacionarme con cada persona en este mundo y no aprendo a relacionarme como si él o ella fueran mi padre o mi madre, voy a tener grandes problemas y grandes abusos con esa persona; porque yo no la considero y la respeto como si fuera mi padre o mi madre. Y si no aprendo a relacionarme como hermano, seré siempre uno que quiere mandar, uno que siempre se siente superior a los demás, pero nunca creará comunidad, no puede, porque no sabe ser hermano, ni ser hermana. Y esto pasa a veces en la misma familia. Y si yo no puedo relacionarme con uno de ustedes, con una de ustedes, como si fuera mi esposo, mi esposa y a aprender a amarlo con la intensidad y la pasión con que se ama un esposo y una esposa, no he aprendido a relacionarme con los demás porque nunca llegaré a amarlos, nunca llegaré a estar locamente enamorado de los demás, sino que buscaré otras formas cómo irme a la cama o cómo hacer otras cosas para buscar al amor humano, cuando en realidad me estoy perdiendo el gran misterio que hay en cada persona y aprender a relacionarnos con ellos como el misterio de Dios mismo que es Trinidad. Esto tiene muchas implicaciones sociales, políticas, en fin, un montón de implicaciones, el misterio de la Santísima Trinidad.

Grandes peligros que nosotros creamos en un Dios solitario y único porque terminaremos haciéndonos iguales que él. Dios Trinitario es absolutamente necesario para que nosotros aprendamos a vivir como él, como él nos enseñó y por eso nos enseñó así Jesucristo, porque él había vivido en comunidad trinitaria desde toda la eternidad. Si nosotros no entendemos ese aspecto de nuestra fe estaremos fallando enormemente y nuestra propia vida va a terminar siendo un desastre.

Hermanos, hoy una palabrita sobre Radio Sinaí. Radio Sinaí, es un medio de comunicación social, el modelo de la comunicación es Dios, hay que leer a San Juan, hay que leer la Escritura para ver cómo se relaciona el Padre con el Hijo y cómo se relaciona el Hijo con el Padre y los dos con el Espíritu, con aquel respeto, con aquella obediencia, con aquella total sumisión, con aquel compartirlo todo, de que nada es de nadie y todo es de todos en la Santísima Trinidad. Y la Radio Sinaí como cualquier otro medio de comunicación y más si es católica, está llamada a tratar de formar en la fe y a evangelizar y uno de los modelos que tiene que tomar es la Santísima Trinidad porque la Santísima Trinidad es modelo de toda comunicación, verdadera comunicación; hay otras comunicaciones que pretender serlo pero no lo son, pero la Santísima Trinidad es modelo de toda verdadera comunicación. Radio Sinaí tiene que evangelizar continuamente para formarnos en esas grandes verdades de nuestra fe. Un poquito como lo han hecho hoy aquí, me parece muy bien, los de Radio Sinaí nos han leído las lecturas, ellos han trabajado duro para preparar esta celebración, ellos están tratando de crear un ambiente de comunidad en la Radio. El padre Elí está trabajando con un equipo, el padre Édgar y don Fernando Vargas y otros que son parte de un equipo que dirige a Radio Sinaí. No puede ser de otra manera, es una Radio Católica y tiene que darnos ejemplo de lo que es la comunión. Una cosa muy bonita que hizo el padre Elí es que allí en la Radio, puso una capilla, ꜟahꜝ, es diferente cuando hay una capilla y cuando se entiende la Radio como un medio de Dios para evangelizar el mundo. Tienen que seguirnos ayudando ellos desde la Radio a difundir la grandeza de nuestra fe y a insistir que nuestra fe es una fe comunitaria y que la Trinidad es el modelo de toda comunidad y que así sea. Les deseamos a ellos y a Radio Sinaí todo lo mejor para muchos, muchos, años más. Así sea.

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