Este lunes 6 de febrero el Pbro. Enrique Ureña Mora ha recibido como párroco la Parroquia de Santa María en Dota, la celebración que marcó el inicio de esta nueva etapa en la vida de esta parroquia de Los Santos contó con la presencia del Pbro. William Rodríguez León, Vicario Foráneo de esta Vicaría y delegado del Obispo para esta entrega.
Durante la homilía, el Padre Rodríguez reflexionó entorno al amor que Dios tiene por el ser humano, amor que se manifiesta en la historia de la humanidad y que ha de provocar en nosotros una respuesta, “en esta historia de amor, también hay hermanos que han dado su vida, como San Pablo Miki y compañeros mártires a quienes hoy celebramos, ellos entregaron la vida en 1546 en Japón, pero a esta entrega no solamente algunos están llamados, sino que por el bautismo cada uno está llamado a entregar la vida por Cristo y por los demás, manifestando así la belleza del Evangelio y el camino del seguimiento a Jesucristo”, precisó.
Este amor sincero que provoca la entrega se ve reflejado en la vida parroquial, manifestó el Padre William durante su reflexión, “la parroquia representa un amor grande para el sacerdote, hoy el Padre Enrique inicia este camino y esta historia de amor con esta comunidad parroquial, el párroco hace presente al Obispo en medio de la comunidad cristiana, ya que el Obispo es el que hace presente a Jesucristo en medio de la comunidad”.
Al mirar a Jesús, somos conscientes que “Jesucristo se caracteriza en su entrega de amor, el cura párroco debe entregarse en amor pleno a la comunidad cristiana, y ante una comunidad que es exigente y heterogénea, el párroco trata de responder dentro de sus limitaciones humanas”, recordó Rodríguez León.
Razón por la cual, el Padre William como Vicario Foráneo, hizo un llamado a la comunidad de Dota, “el Papa pide que seamos pastores con olor a oveja, para ello primero el sacerdote tiene que contar con la oración cristiana, una comunidad que lo apoya y fortalece sobre todo con la oración, doblando sus rodillas ante Jesús Sacramentado, poniéndolo bajo la intercesión de la Virgen María en la advocación de Nuestra Señora de la Cueva Santa, necesitamos orar si queremos buenos pastores”.
Y agregó: “los sacerdotes necesitamos también buenas ovejas, nosotros los estamos viendo a ustedes, un montón de gente buena y hermosa, gente a la que hay que servir, pero también la comunidad cristiana tiene que ser buenas ovejas, no porque agachen las orejas, sino porque verdaderamente se dejen apacentar por su pastor, que escuchen la voz de su pastor, que escuchen la voz de Jesucristo”.
Tras reconocer las cualidades de esta comunidad parroquial, el sacerdote Rodríguez se dirigió a los pobladores de Dota presentando a su cohermano Enrique nuevo párroco, con las siguientes palabras: “se les entrega un pastor con mucha experiencia, con mucho recorrido en nuestra Iglesia diocesana, con muchos servicios prestados, con buena espuela […] En nombre de monseñor, pedirles a ustedes el apoyo incondicional al Padre Enrique como su nuevo párroco, pidámosle a Dios que el Señor lo anime, lo fortalezca y que sea un tiempo de mucho fruto”, puntualizó.
Finalmente, el Padre Enrique Ureña agradeció a Dios por los años de ministerio sacerdotal, manifestó que viene a continuar todo lo bueno que se ha realizado, apartando desde la experiencia que le ha enseñado a arar el terreno para que la semilla pueda germinar; por eso, la misión es sembrar la semilla juntos, donde todo lo que se haga, se haga por la comunidad.