Este sábado 8 de febrero, la Comunidad Agustiniana y la Parroquia Santa Marta en Ciudad Neily, se llenaron de inmensa alegría ante la Ordenación Presbiteral del fraile Pablo Pérez Prado Osa, vecino de Tambor en Tolé Panamá.
Las consecuencias del accidente que sufrió Mons. Fray Gabriel Enrique Montero Obispo de San Isidro, imposibilitaron su presencia en la Eucaristía de este sábado a las 10:00 am, razón por la cual, fue el Obispo de Colón – Kuna Yala quien ordenó al nuevo sacerdote de la Iglesia.
Mons. Manuel Ochogavía Barahona OSA, durante la sentida y fraternal homilía, que desarrolló con tres palabras, precisó: «yo te pido por experiencia propia, no te olvides nunca de pedirle a Dios esta gracia, la gracia del silencio para que aleje toda arrogancia soberbia y orgullo; recuerda, no eres mejor que los demás, ni estás acá por ser privilegiado, ser clérigo no te hace más que los demás, vive silencioso y humilde… Sé capaz de escuchar».
«Tienes que hacerte alimento, pan partido y vino de la alegría compartido… Escuchar significa compartir los dolores del pueblo; no lo dejes para mañana, cuando las ovejas necesitan alimento y esperanza. Eres para ellos, Jesucristo; el día que lo dejes de ser, cargarás sobre ti la responsabilidad de que se pierdan», agregó el prelado.
En la segunda palabra, Mons. Ochogavía acotó que «el primer responsable de tu ministerio eres tú mismo, pídele a Dios que lo vivas en fidelidad a pesar de tus limitaciones; pero que no se te suba a la cabeza, sino a los pies para caminar, a las manos para servir y al corazón para amar. Ora, sin oración se marchita tu ministerio, date el tiempo de estar en intimidad con Dios, de llorar y de celebrar con Él. Celebre la Eucaristía con piedad, hazla con alegría y amor para que tu pueblo se dé cuenta que lo que pides que amen es porque tu lo amas primero. No olvides, eres siervo herido y sanador enfermo, por eso se humilde y ora, ruega al Señor».
Finalmente, el obispo precisó que era necesario reflexionar en la palabra enviar, pues «Dios te está enviando, y siéntate alegre de eso; te envía en sencillez, no lleves dos túnicas, ni más sandalias, ni monedas, lleva solo un corazón dispuesto para servir y amar, a Dios no le pongas reparo, Dios te cuida, el Señor te envía y lo único que necesitas es lo que ya debes tener a este momento, la certeza de que no estás solo sino que Dios está contigo, no ocupas de nada más, porque lo que sea necesario Dios te lo dará y lo que no sea necesario Dios te lo quitará».
El nuevo sacerdote, el Padre Fray Pablo Pérez Prado, agradeció a todos los presentes y reconoció la alegría de sentirse llamado por Dios, durante sus palabras finales, indicó estar agradecido con Dios, «por el amor gratuito de Dios para conmigo, quien a pesar de mis debilidases y desconfianzas sigue esperando una respuesta. Todo se lo debo a Él», puntualizo.