En San Isidro de El General, más de una década evangelizando en LESCO

Hace ya 11 años, en la Diócesis de San Isidro, concretamente en la Parroquia de Catedral, se interpreta la Eucaristía para la comunidad no oyente de Pérez Zeledón.

Como bien nos cuenta Marianela Valverde, este hermoso servicio inició en la Capilla de El Calvario, como fruto «de la necesidad de una pareja de sordos, que eran novios y querían recibir la catequesis prematrimonial; ellos, querían que la misa de su boda pudiera  ser traducida en LESCO, pues querían sentirse muy integrados en su celebración, y fue debido a eso, que Dios permitió ver la necesidad», precisó en entrevista concedida a Radio Sinaí 103.9 FM.

Con la venia del Pbro. Froilán Hernández Gutiérrez, para entonces vicario parroquial de San Isidro de El General, inició esta experiencia, interpretando en LESCO no sólo la catequesis prematrimonial y aquella celebración del matrimonio, sino la Eucaristía semanal, y así poco a poco aquella misma pareja fue invitando a más personas y muy pronto, creció esta comunidad.

«Este servicio de la Iglesia, para mí significa una oportunidad muy hermosa de hablar de la Palabra de Dios y de transmitir su mensaje, significa una oportunidad de extender el evangelio a personas que tal vez se habían visto limitadas auditivamente, personas que quizá sólo podían ver y no sentir la vivencia de lo hermoso de la celebración», acotó Valverde.

Para Hilary Arguedas Barrantes, como parte de la comunidad no oyente que se beneficia de este servicio eclesial, manifestó a Radio Sinaí, que esta interpretación en LESCO «es muy importante, ya que nos ayuda a sentirnos incluidos en la Iglesia Católica, ya no somos los ‘pobrecitos’ que van a misa y se quedan en un rincón, por eso me gustaría que todas las iglesias piensen en nosotros, me gustaría ver más inclusión, principalmente en la iglesia del lugar donde vivimos», puntualizó.

«Yo veo la interpretacion de LESCO en la misa bien, me siento feliz, siento que Dios me ama, me siento feliz y seguro, ya no tengo dudas, antes me sentía con dudas y mi corazón como oprimido, pero ahora me examino y busco confesarme, pido perdón, siento que Dios me ayuda y estoy tranquilo», indicó Allan Garita Fallas mediante el lenguaje de señas.

Así con los años, esta experiencia ha crecido, hoy se realizan retiros, encuentros, catequesis y hasta se hacen ayudar de la tecnología para compartir videos con mensajes positivos interpretados en LESCO; por eso, Marianela no duda en decir que «espera seguir sirviendo, que Dios me de la oportunidad y que surjan más intérpretes para que la Iglesia siga dando este servicio».

Finalmente, entre las anécdotas de esta feliz década de servicio, recuerda que «hubo un tiempo donde sólo uno llegaba a la Eucaristía, pero para mí era tan importante esa persona, para mí que llegara una persona era como si la Catedral estuviera llena, porque a esa persona se le llegaba con la Palabra de Dios…, otra anécdota hermosa es ver cómo han llegado a comprender cosas tan simples como el persinarse, cuando se les explica se sorprenden…, verlos a ellos crecer en la fe y como miembros de la Iglesia es hermoso», precisó Valverde.

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