Así hemos querido titular, la historia de vida de Ronald Vargas, un vecino de San Vito quien se encuentra en Romería Coto Brus y comparte con Radio Sinaí 103.9 FM, su conmovedor testimonio de vida, testimonio de fe y confianza que a todos tiene un palabra que decirnos.
Recuerda don Ronald, que hace 4 años la vida le cambió, cuando su hija menor de nombre Pamela, tuvo el trágico accidente en el que perdió su vida cuando apenas tenía 16 años de edad; “su pequeña”, como él mismo le dice, iba aquella tarde en la buseta de excursión que había organizado el servicio de farmacia del Hospital de San Vito, “casi siempre era mi otra hija, Karina, la que iba en los paseos, pero ese día por cosas de la vida y planes de Dios, fue Pamela la que fue, y cuando faltaban pocos kilómetros para llegar a San Vito, unos 8 kilómetros, pasó al accidente”, describió con pesar y dolor este servidor romero.
Con una mirada que pareciera perderse en el infinito, y una voz que por momentos parece flaquear ante el dolor, prosigue; “yo siempre comento que Dios tiene un propósito y sabe lo que hace perfectamente, mi hija llevaba en los regazos a una prima que andaba en el viaje; mi hija según los que saben, en la segunda vuelta que dio la buseta se salió, al pegar la cabeza contra el cristal lo quebró, y se salió, ella probablemente murió por ese golpe…; la prima en cambio, llegó hasta el precipicio y sólo tenía un rasguño; esta es la realidad, y nunca le he reprochado nada a Dios, porque todo lo hace bien hecho, aunque cueste entenderlo, pero puedo decir: confío en ti”, afirmó con inquebrantable de fe.
Aquel día, “un amigo me llamó a preguntar qué estaba pasando por la casa, ya que pasaban muchas ambulancias, y yo vivo cerca de ahí; recuerdo que yo dije: no sé, y me dijo vamos a chepiar; yo le dije: Hermes, ese no me gusta porque puede ser que haya uno que yo no quiera ver…, y me fui… Al rato me llamó mi otra hija, y me dijo: papi Pamela tuvo un accidente…; le dije a mi esposa, pasé por aquel lugar y seguí directo manejando hasta el hospital…, si yo hubiese sabido que estaba aún en el lugar del accidente seguro bajo y quizás hubiera sido peor, ya era de noche…”, relato con gran dolor. Luego, nos comentó que le sedaron un poco en el hospital y no lo dejaron regresar hasta el lugar de los hechos, en medio de esa paz extraña que se siente por el sedante, esperó hasta que sacaran a su hija en la madrugada de aquel triste viernes, y más que tuvo que esperar hasta que se la entregaran el día domingo, y cortando su voz, llora mientras nos narra aquellos acontecimientos.
Reviviendo cada detalle, don Ronald comenta que recuerda y medita ahora, cómo parecía que su hija se preparaba para aquel momento con muchos detalles, y aunque nos dice que son muchos y de momento no se siente en condiciones de poder narrarlos, nos cuenta uno; “por ejemplo, casi un mes antes, escribe y entrega una nota a la mamá, pidiéndole que la lea hasta el día de la madre; ella, hasta cierto punto, parece que sabía que algo iba a pasar”, señaló mostrando una leve sonrisa que deja ver esa confianza plena en Dios.
Con tal testimonio, aprovechamos la oportunidad para decirle a este padre y romero, que nos compartiera un mensaje para aquellos padres que quizá viven también como él momento difíciles, ante esto, nos dijo: “a veces uno no sabe la responsabilidad tan grande, el honor tan grande que es en mi casa haber tenido un ángel de 16 años; solo puedo decir que los amen, primero que todo les inculquen a Dios, porque los hijos son prestados, pertenecen a Dios y en el momento que Él lo pida tenemos que dárselos; lo normal es que los hijos despidan a los padres, pero en este caso fue lo contrario, cada día recuerdo a mi hija con su sonrisa, la gente que la conoció sabe cómo era; a los padres que tienen sus hijos, les digo es muy importante, muy importante valorarlos, porque yo quiero estar en este momento y tener a mi hija aquí, pero como lo dije antes, es de Dios”, indicó.
Finalmente, pensando en la romería, dijo: “nunca he sido muy alejado de las cosas de Dios, pero yo no debería usar a Dios sólo cuando lo ocupo tanto, sino en todo momento; por eso, en esta romería me nació venir a colaborar, por lo mismo, porque a uno le han ayudado en romería caminando, este año sentí la necesidad de ayudar y espero hacerlo hasta que las fuerzas lo permitan. Hoy, no traigo dolores de mi hija en esta romería, vengo a servir pues aunque esto no lo supere nunca, yo sé que ella está en el mejor lugar que puede estar, no se cura muy fácil pero uno aprende a vivir con el dolor, con la falta de ese ser querido, ella era súper especial conmigo y estoy tranquilo porque di lo mejor que pude para ella…; me afecta y me duele mucho, pero aquí estoy, sirviendo en lo que pueda y sé que allá en el cielo ella está y por eso yo estoy acá”, afirmó.
Así, al terminar esta nota para las redes sociales, de este gran testimonio de vida que nuestra compañera Laura Ceciliano obtuvo de Ronald, sólo quiero agregar que sin duda esta historia de vida nos hace recordar la importancia de compartir y valorar a las personas que queremos todos los días, porque todos los días son una oportunidad para decir un te quiero, un te amo, un gracias, un perdón, un mucho gusto, todos los días son el tiempo perfecto para dar un abrazo y sentir el cariño del ser amado; todos los días tenemos que valorar la vida de quien está a nuestro lado. Y no se nos olvide, que esto se debe hacer, todos los días…