Este sábado 18 de marzo, la Legión de María celebró la Asamblea Nacional en el Monte Tabor en Barrio Santa Cecilia de Pérez Zeledón; este grupo apostólico es una experiencia espiritual laical que nació en Dublín Irlanda el 7 de septiembre de 1921, con el paso de los años se ha extendido por el mundo entero contando hoy día con más de cuatro millones de miembros activos.
Su nombre viene del mismo deseo de espiritualidad mariana que desarrollan durante la semana; por tal razón, los legionarios no sólo asisten puntualmente a sus encuentros, sino que diariamente rezan la Catena o Magníficat que es la oración de los pobres, además realizan una obra o trabajo en conjunto por el bien de la comunidad y los hermanos. Es así como podemos decir que la Legión de María “intenta entablar una verdadera amistad con cada persona individual, llenando de amor lo que está vacío, pues sólo así podrá cambiarse el mundo”.
En esta oportunidad se contó con más de 400 personas representantes de toda Costa Rica, pudimos observar la presencia de legionarios de las lejanas tierras de la pampa guanacasteca hasta el sur del país, desde la costa pacífica como Quepos hasta las verdes llanuras del Atlántico. Poco a poco, fueron así llegando las distintas delegaciones, que mediante cantos y oraciones fueron realizando el encuentro en un clima de alegría y gozo.
La celebración eucarística sin duda fue un momento especial del encuentro, cuando se sintió la respuesta sincera de los legionarios que rápidamente entraron en comunión por medio de las aclamaciones y la participación activa. Esta Eucaristía, que fue presidida por Mons. Fray Gabriel Enrique Montero, contó también con la concelebración del Padre Elí Quirós y del Padre Vincent Mrio, éste último sacerdote africano que viene a servir a la Diócesis de San Isidro.
Mons. Montero, expresó que se sentía contento al encontrar “esta gran legión, una legión buena porque es de María”, precisó. No obstante, durante la homilía hizo un fuerte llamado, “hoy debemos preguntarnos qué tiene que decirnos el Señor a nosotros, como cristianos en general y como Legión de María, lo importante es qué quiere decirnos Dios por medio de las lecturas; si no nos preguntamos esto, esta asamblea no tendría sentido”, indicó con vehemencia.
Por eso, el obispo recordó que “la primera lectura nos hace ver la invitación de Dios por medio de Miqueas, en donde le recuerda al pueblo que vuelva a Dios, porque Dios es compasivo y misericordioso, no importa cuán grande sean sus pecados se puede volver a él”; con esta idea, Mons. Montero hizo un llamado a no quedarnos en los pequeños pecados, sino que en este tiempo de Cuaresma estamos todos llamados a la conversión y no debemos quedar en la tentación de pensar que esta conversión es para los otros.
“Aunque como individuos podemos estar bien por gracia de Dios, no significa que el pueblo este bien, y es ahí donde el enemigo nos hace creer que no debemos convertirnos, pero la Cuaresma es para una conversión de Costa Rica, en donde muchos de los pecados son de omisión”, recordó el obispo de San Isidro.
Con el evangelio del día, Mons. Montero recordó que el “Hijo pródigo es bien portado, hasta que un día tomó una mala decisión, porque se descuidó y entró el mal, y decidió ir hacer loco con plata ajena y arruinando su propia vida… y el Hijo mayor un chico bien portado que estaba en casa trabajando con responsabilidad, sólo que al volver su hermano y mostrar su arrepentimiento y que su padre le perdonó, hasta ese día se vio claramente qué tenía por dentro, era bueno exteriormente pero en el interior se dejó llevar por la envidia y el orgullo, y manifestó su individualismo e incapacidad de perdonar”; por eso agregó “igual puede pasar con nosotros, nadie puede decir soy un chico bueno, sino estoy tratando de ponerme en el camino correcto; no importa mi edad, porque no estoy consumado en gracia; como dice San Pablo, el que está arriba puede caer y al mejor mono se le cae el zapote… por tanto, nadie puede creerse libre de la tentación y el pecado”, indicó.
Finalmente, el obispo señaló “pido que la Legión se mantenga fiel a la doctrina de la iglesia”.