Un año más…, romeros, familiares, comisión organizadora y encargados de asistencia han escrito historia, pero ante todo han dado un testimonio de fe; 55 valientes iniciaron un recorrido el viernes 22 de julio a las 10:00 pm desde Río Claro, algunos de ellos incluso caminaron un día más para iniciar una travesía heroica desde la zona fronteriza en lo que conocemos como Paso Canoas, otros 19 romeros se unieron al paso por Pérez Zeledón, conformando un fuerte grupo de 74 peregrinos.
Solo la fe pudo mantener a estos testigos de la Negrita en los 282 km que este 31 de julio coronaron, ni la oscuridad de las noches y madrugadas testigos de su caminar, ni el abrazador sol que calentaba como nunca la capa asfáltica de las bajuras de nuestro sur, ni el ascenso frío y temido del imponente Cerro de la Muerte, ni el descenso demoledor de dicho macizo… detuvo el deseo de estos valientes heraldos que caminaron con paso firme, superando temores y fragilidades para estar a los pies de la Reina de los Ángeles.
Acompañados por Dios y asistidos espiritualmente con los sacramentos, gracias al Pbro. Emiliano Gamboa, romero de muchos años; estos hermanos y hermanas llevaron nuevamente sus súplicas y agradecimientos hasta el altar mayor de la Basílica de los Ángeles.
En una mañana soleada y con un paso muy fuerte y seguro, este grupo de romeros fueron consumiendo sus últimos metros entre cantos y aclamaciones, era fácil escuchar al unísono un si se pudo, si se pudo, si se pudo…; los aplausos no se hacían esperar, mientras los pobladores de Cartago y otros visitantes miraban atónitos la lona en la que con toda claridad se leía: Romeros de Río Claro.
Caminando todos hasta la puerta principal de la Basílica, acompañados de la manta que portaba todas las intenciones de estos consumidores de kilómetros…, apoyados en parejas o pequeños grupitos…, de rodillas se dirigieron por la nave central hasta llegar al altar mayor…; ahí era fácil observar las lágrimas y los abrazos que unían aún más aquella familia que por días se construyó con fe, anécdotas y sacrificios…
Pedimos a Dios, que este caminar de tantos hermanos haya sido una ofrenda agradable, que produzca grandes frutos a los romeros, sus familias y a todo el Pueblo Santo de Dios.