El pasado domingo 6 de diciembre, tras haberse pospuesto la fecha varios meses por razones de la pandemia que vivimos, el grupo de candidatos que se forman para el Diaconado Permanente en nuestra diócesis, recibió de manos de Mons. Fray Gabriel Enrique Montero Umaña, el Ministerio del Acolitado.
Con un camino de poco más de cuatro años de formación, y en el contexto de la Eucaristía dominical celebrada en la iglesia Catedral de San Isidro de El General, estos candidatos no sólo dieron un paso más en su proceso formativo, sino que siguen constatando la confirmación de parte de la Iglesia en este llamado.
Recordemos que, entre las funciones que deben desempeñar los ministros acólitos, está: cuidar del servicio del altar, ayudar al diácono al sacerdote o al obispo en las acciones litúrgicas especialmente en la celebración de la Misa, distribuir la sagrada comunión como ministro extraordinario de la comunión según las condiciones establecidas para ello, podrá exponer públicamente el Santísimo Sacramento de la Eucaristía a la adoración de los fieles y podrá luego reservarlo sin dar la bendición, además de instruir a los fieles que ayudan en las acciones litúrgicas.
Así, los nuevos ministros acólitos de nuestra diócesis, son: Jorge Luis Porras Jiménez de San Pedro, Francisco Porras Navarro de San Pablo, Salvador Zeledón Villalobos de Río Claro, Giovanny Montoya Fernández de Platanillo, Lionel Fernández Hernández de Platanares, Daniel Rodríguez Ledezma y Pablo Granados Mora de San Isidro; quienes continuarán su proceso formativo en la recta final hacia la Ordenación Diaconal.
Tras la celebración, don Salvador Zeledón Villalobos, se mostró agradecido con Dios por este llamado, y precisó: «no encuentro las palabras adecuadas para poder expresar esta alegría y agradecimiento para Nuestro Señor Jesucristo; así como a todos aquellos sacerdotes que han colaborado durante estos años en la formación nuestra. Son una serie de sentimientos encontrados, y una felicidad enorme ya que gracias a la misericordia y bondad de Nuestro Señor Jesucristo recibí este llamado».
Por su parte, don Daniel Rodríguez Ledezma, comentó que vivió esta Eucaristía de una forma particular, pues «estaba recibiendo un Ministerio de manos del Obispo, es inevitable sentir una emoción mezclada con nerviosismo, pero también con un deseo de servir; hoy me correspondió ser ministro extraordinario de la comunión y me sentí sumamente satisfecho de poder servir, satisfecho de poder poner en práctica este Ministerio, espero que a futuro pueda hacerlo de la mejor manera con el mayor cariño y servirle a este Dios que nos ha dado todo, a esta Iglesia que no recibe, nos abraza y nos llama».