(Sabalito, Coto Brus) Este sábado 02 de julio se llevó a cabo el Jubileo para los Agentes de Evangelización de la Vicaría Pablo VI, para el mismo se contó con la participación de los Agentes de Evangelización de las cuatro parroquias que conforman dicha vicaría, a saber: Sabalito, Fila Guinea, Agua Buena y los anfitriones de San Vito.
La actividad dio inicio a las 8:20 am con la participación del Padre Enrique Ureña, párroco de la Parroquia Patriarca San José de Fila Guinea, quien recordó a los presentes que “los agentes tienen una misión y están llamados a seguir una fe activa, a seguir adelante, en ese camino que la Iglesia les ha encomendado. Cada uno de los agentes es un instrumento, por medio del cual Dios lleva a cabo su obra, por medio del cual Dios actúa”, señaló. Así mismo, manifestó que todo aquel que con amor, compromiso y entrega sirve a los demás, se convierte en agente evangelizador. Además, indicó que los agentes deben esforzarse por llegar a la meta y no por ser los primeros, conscientes que si todos trabajan unidos, lograrán alcanzar el objetivo trazado en la labor evangelizadora.
Posteriormente, Monseñor Fray Gabriel Enrique Montero Umaña, Obispo de la Diócesis, realizó el acto religioso de apertura, con las oraciones propias para tal fin. Seguidamente, los agentes de evangelización se dirigieron en peregrinación hasta la explanada del templo parroquial Nuestra Señora de Lourdes, en San Vito, en el orden indicado y participando activamente de los cantos durante el recorrido.
Al llegar a la explanada del templo, Monseñor Montero, prosiguió con las oraciones propias para el momento que se estaba viviendo. Así mismo, llevó a cabo la apertura de la Puerta Santa, preparada con gran cuidado y esmero, e invitó a los asistentes a pasar por ésta, conscientes de lo que este acto significa. Recordó que “el pasar por la Puerta Santa es el significado de Jesucristo mismo, quien dijo Yo soy la Puerta. Que es necesario pasar por Él para llegar al Padre, nadie puede venir al Padre sino es por mí. Esta Puerta es Cristo mismo y pasar por Él quiere decir unirse a Él enteramente, aceptando ser como Él. Además pasar la Puerta significa que es el lugar necesario donde el Señor ha querido mantener su presencia especial y su gracia para el perdón de nuestras culpas. De manera que en este momento, vamos a estar recibiendo la indulgencia plenaria. Momento de suma importancia, al que hay que vivir con gran fe y devoción, con gran alegría y esperanza”, manifestó.
A su paso por la Puerta Santa, los agentes eran asperjados con agua bendita. Al concluir el ingreso de los agentes al interior del templo, se hizo profesión de fe, mediante el rezo del Credo y se elevaron oraciones a Dios suplicando por las intenciones del Papa Francisco.
Seguidamente se destinó un tiempo prudencial para que los asistentes pudieran participar del sacramento de la Reconciliación. Para ello, los sacerdotes y el obispo se colocaron en sitios estratégicos de modo que los agentes pudieran encontrarse personalmente con ese Dios Misericordioso que les esperaba con los brazos abiertos, ofreciéndoles el perdón mediante este importante y hermoso sacramento que la Iglesia regala a sus hijos.
Mientras tanto, en las afueras del templo, el Padre Pedro Obando, Misionero de la Misericordia, daba un mensaje a los presentes, recalcando la importancia de la misericordia para la vida de todo cristiano. Teniendo en cuenta que “para la Misericordia, nada está perdido, sino que gracias a ella siempre existe esa oportunidad para recibir el perdón y seguir adelante”. Luego, agentes de evangelización de las distintas parroquias, desarrollaron diferentes temas, mediante obras artísticas que lograban captar la atención de los demás participantes.
A las 11:00 am se llevó a cabo la celebración de la Eucaristía, presidida por Monseñor Fray Gabriel y concelebrada por siete sacerdotes que le acompañaban. Durante la homilía, Monseñor Montero, dijo que “ojalá esta experiencia jubilar que estamos viviendo en este día y todo este Año Jubilar que el Papa Francisco declaró, nos sirva precisamente para experimentar de cerca lo que es la Misericordia de Dios sobre nosotros y para experimentar lo que debe ser nuestra misericordia hacia los demás”.
Con el Evangelio de San Juan que dice Padre yo lo que te pido es que ellos sean uno como tú y yo somos uno, el obispo señaló: “traduzcamos eso en términos de misericordia, Padre yo lo que te pido es que ellos se amen los unos a los otros como yo les he enseñado. Traduzcamos eso todavía más en términos de misericordia. Padre yo te pido que sean misericordiosos como tú y yo somos misericordiosos”. Recuerden que ese es el lema de este año: Misericordiosos como el Padre. “El problema es que no podemos ser misericordiosos como el Padre, porque ustedes y yo no hemos experimentado la misericordia infinita de Dios, pues nosotros no entendemos siquiera lo que es algo infinito. Todo para nosotros es finito y solamente Dios es infinito”, indicó.
Monseñor Montero, hizo un especial llamado a tener cuidado con lo siguiente: “Dios no quiere que experimentemos una misericordia a medias, Dios no quiere perdonarnos a medias, Dios no hace nada a medias, lo que hace lo hace bien y lo hace perfectamente bien. Y cuando Él nos ama, nos ama con un amor misericordioso y ese amor es un amor que no tiene límites, no conoce límites en absoluto el amor misericordioso de Dios. Y solamente el día que lo experimentemos, dentro de nosotros, vamos a poder amar como Él nos amó”.
El Papa Francisco, un hombre observador, inteligente, fino, quien tiene que lidiar con todo el mundo, ha convocado este Año de la Misericordia porque sabe muy bien, que el mundo tiene poca misericordia y necesita experimentar la misericordia de Dios para poder ser misericordiosos como el Padre. Para esto estamos aquí, manifestó.
“Hoy que estamos celebrando esta gran obra de misericordia y que el Señor ha derramado y está derramando en nosotros abundantemente su misericordia, pidámosle que nos haga más misericordiosos con aquél o aquella que tenemos al lado, con aquel vecino incómodo. Pidámosle que nos haga más misericordiosos con la persona discapacitada. Pidámosle que el Señor nos haga más misericordiosos con aquellos que están pasando hambre. Pidámosle que nos regale esa gracia hoy y siempre”, concluyó.