Diócesis de San Isidro se une al Papa Francisco en plegaria de consagración

La noche de este viernes 25 de marzo, Mons. Juan Miguel Castro Rojas ha presidido la Eucaristía en la Catedral de la Diócesis de San Isidro, donde se ha unido al Papa Francisco en la Consagración al Inmaculado Corazón de María, pidiendo especialmente por las naciones de Ucrania y Rusia, y por la paz para el mundo entero.

Durante la homilía, el prelado ha recordado que, “la Palabra de Dios viene a ser guía en nuestro caminar, cuando Dios nos habla tenemos que estar atentos a su voz que pretende llenarnos de paz, de esperanza, de ánimo y de amor, en medio de los acontecimientos de la vida”. No omitió en señalar que, no todo lo que vivimos es siempre alegría, “pero lo más hermoso, es que en medio de todo esto, nos encontramos con nuestro Dios, un Dios que nos ama profundamente sin merecerlo […] Dios siempre quiere lo mejor para la humanidad y esto lo vemos en toda la Historia de la Salvación”, precisó.

En el marco de la celebración litúrgica, Mons. Juan Miguel recordó el mensaje de esperanza que encierran las palabras del ángel a María, “alégrate llena de gracia, es la palabra que siempre escucharemos constantemente en el diario vivir; nuestro Dios nos dice: ¡Alégrate! Alégrate porque Él está presente, alégrate porque no estamos solos, alégrate porque Él nos ama, alégrate porque es misericordioso y esto nos tiene que fortalecer en la fe, palabras hermosas. Nuestro corazón debe de vibrar constantemente de esta alegría por la presencia de Dios”.

Con la respuesta de María, dijo Mons. Castro, podemos decir: “que fe más pura y hermosa la de María, para poder decir: está bien Señor, hágase en mí, lo que a ti te parece. Hermanos, ahí está la clave en la vida de un cristiano, confiar absolutamente en Dios, para decir siempre: Señor, aquí estoy, hagas en mi vida lo que a ti te parece. Y por qué María dijo esas palabras, porque sabía que lo que a Dios le parece siempre será lo mejor. Hermanos, lo que a Dios le parece, siempre será lo mejor. Él conoce nuestra vida perfectamente, aunque nosotros pensemos en algunas ocasiones que Dios se ha alejado de nuestra vida, o veamos situaciones dolorosas, y pensemos que Dios se ha alejado de mi vida, y que Dios no me ama, Dios conoce mi vida y Dios sabe lo que necesito. Aquello, es ocasión para purificar, es ocasión tal vez para acercarme más a mi Dios”.

Finalmente, el prelado recordó que el Papa Francisco hizo un llamado a orar por la paz en el mundo entero, pero de una forma muy especial, ha querido consagrar al Corazón Inmaculado de la Virgen María estas naciones de Ucrania y Rusia. “Un mes en guerra sin sentido, un mes en guerra donde muchos han sufrido, donde ha habido muertes inocentes. Las guerras no tienen ningún sentido en la vida de un cristiano y en la vida de la humanidad, porque lo que viene es a destruir y acabar con la vida de muchos inocentes. Como cristianos tenemos que orar constantemente a nuestro Dios para que estas guerras acaben, para que reine siempre la paz, para que le digamos a nuestro Dios que sea Él quien gobierne el mundo entero. Que diferente sería el mundo si le permitimos a Dios que sea Él quien gobierne nuestro corazón y nuestras comunidades, nuestras naciones y la vida entera”.

Y añadió, “donde está Dios hay paz, donde está Dios hay felicidad, donde está Dios hay armonía, donde está Dios hay luz, donde está Dios hay comprensión, donde está Dios hay solidaridad, donde está Dios hay amor; permitámosle a nuestro Dios que nos gobierne, y oremos por esta intención tan especial”.

“Oh María, Madre de Dios y Madre nuestra, nosotros, en esta hora de tribulación, recurrimos a ti. Tú eres nuestra Madre, nos amas y nos conoces, nada de lo que nos preocupa se te oculta. Madre de misericordia, muchas veces hemos experimentado tu ternura providente, tu presencia que nos devuelve la paz, porque tú siempre nos llevas a Jesús, Príncipe de la paz […]

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