A partir de las 8:30 am del pasado domingo 27 de mayo, en la Parroquia Nuestra Señora de la Asunción, en Sabalito de Coto Brus, se llevó a cabo el Encuentro de Adoradores de la Eucaristía. Se contó con la participación de 250 adoradores aproximadamente, provenientes de las distintas comunidades de la parroquia, quienes se congregaron en el templo parroquial.
La actividad estaba a cargo del Consejo Parroquial de Evangelización y el tema a reflexionar durante la mañana, fue impartido por el Pbro. José Israel Gutiérrez, cura párroco y por la Hna. Ana Iris Araya Vargas, Hermana Presentacionista Parroquial Adoradora que ejerce su servicio religioso en la parroquia.
Durante su ponencia el Padre Gutiérrez, tuvo a su cargo como parte del tema formativo ofrecido a los participantes del Encuentro, algunas luces de la Exhortación Apostólica del Papa Francisco “Gaudium Et Exsultate”, para tratar de iluminar la experiencia de la Adoración Eucarística en la parroquia, desde el capítulo II y IV del mismo.
El Capítulo II nos ofrece una mirada sobre los peligros y amenazas actuales a la fe, derivadas de un gnosticismo y pelagianismo ya condenadas por la Iglesia en los primeros siglos. El Papa Francisco señala que actualmente están volviendo a insertarse en la experiencia del cristiano y que está mal formando la relación con Dios y los hermanos. El Papa llama un Gnosticismo y Pelegianismo modernos.
El fin de este tema en el Encuentro fue darle al fiel que participa en la dinámica de Adoración los instrumentos para conocer, distinguir y discernir esos elementos que podrían filtrarse en la vida espiritual y relación con los demás, muchas veces sin darse cuenta que están cayendo en ellos. Al final, esa es la idea del Papa Francisco con el capítulo: Evitar cualquier peligro para la Fe, relación razón, voluntad, Dios y el otro, manifestó el Pbro. José Israel.
Por su parte la Hna. Ana Iris, trabajó con el capítulo IV, algunas notas de la santidad en el mundo actual. Cada uno de los fieles que han iniciado su práctica de la adoración, han hecho una opción elegida por Dios desde siempre. Los llamados a la santidad tomamos como referencia las claves que a través del capítulo cuarto de este documento el Papa Francisco nos presenta.
El Papa se refiere a cinco manifestaciones del Amor a Dios y al prójimo que son importantes sobre todo pensando en los riesgos y límites de la cultura de hoy. Si nos dejamos guiar por cada uno de estos aspectos podremos comprender que la santidad no está lejana a nuestra realidad sino, más bien, que es esta misma experiencia cotidiana y palpable la que nos ayuda a profundizar un acercamiento con el Señor y los hermanos.
Aguante, paciencia y mansedumbre, tres actitudes que lejos de hacernos débiles fortalecen nuestra razón de luchar y esforzarnos por firmeza interior que es obra de la gracia, nos preserva de dejarnos arrastrar por la violencia que invade la vida social, porque la Gracia aplaca la vanidad y hace posible la mansedumbre del corazón. El santo es capaz de vivir con alegría y sentido del humor, por eso si un fiel seguidor del Señor no vive esta experiencia de ser alegre y de buscarle lo interesante y agradable a lo que sucede sólo le hará un ser fatigado y aburrido. El alegrarnos de las cosas más pequeñas y apreciarlas como un regalo de Dios sitúa al creyente en camino de Santificación. La Audacia y el fervor, dos aspectos que actualmente están siendo carentes en todas las áreas de la vida. Dios siempre es novedad, que nos empuja a partir una y otra vez y a desplazarnos para ir más allá de lo conocido, hacia las periferias y las fronteras.
Si le aunamos a estas actitudes la experiencia de la comunión se tornara más sencillo, así como sucedió en las primeras comunidades y en muchas comunidades actuales, pero falta una iniciativa más de comunión y audacia. Sin dejar de lado que para lograr cado uno de estos aspectos los llamados a ser santos seremos personas de oración constante sin desperdiciar un segundo de lo que recibimos de Dios, finalizó la Hna. Ana Iris.
Una vez concluida la participación de la religiosa, se dedicó un espacio al compartir en grupo, donde los presentes reflexionaron en torno a una pregunta en particular que les fue asignada.
Posteriormente los asistentes compartieron un delicioso refrigerio. Concluido este espacio, los adoradores se congregaron nuevamente en el templo, donde algunos de los presentes brindaron su testimonio, dejando claro cómo el Señor ha hecho grandes milagros en sus vidas y pueblos a partir de esta experiencia de la Adoración a Jesús Eucaristía. Espacio que concluye con un rato de Adoración ante Jesús Sacramentado, expuesto en el Altar.
Al finalizar el tiempo de Adoración los participantes del encuentro se disponen a celebrar la Santa Misa, junto a los fieles de la comunidad que ya se habían hecho presentes para participar de la misma.