El sábado 30 de abril, dio inicio a las 8:00 am la Pascua Juvenil 2016 en Sabalito, la cual concluyó este domingo 01 de mayo, con la celebración eucarística a las 10:30 am.
Durante la homilía, el Pbro. José Israel, cura párroco, se dirigió a los jóvenes con estas palabras: “Ustedes son muy valientes, porque aceptaron el reto de estar, ayer y hoy, con Jesús. ¡Cuántos quisieron venir y no pudieron!… ¡Cuántos estaban invitados y no quisieron venir!… Ustedes son dichosos porque al final de cuentas el que pasó por su vida, no fue la Comisión de Pastoral Juvenil… El que pasó por su vida, fue Jesús Resucitado. Ahora están llamados para que transmitan lo vivido a los demás, a sus familias, a sus colegios, para que de verdad puedan ser testigos perennes de la Resurrección.”
En el espacio dedicado a los avisos parroquiales, nuevamente el Pbro. José Israel, dio las gracias a los jóvenes que aceptaron la invitación de venir a vivir esta experiencia de fe y al consultarles si les fue una actividad de provecho y si en ella se habían encontrado con Jesús Resucitado, los jóvenes respondieron con su característica energía y dinamismo su adhesión a Cristo y a la Iglesia.
La Hna. Elvia Navarro, responsable de la Pastoral Juvenil de la manifestó que esta pascua “fue una actividad que se desarrolló en completo orden, cumpliéndose con los objetivos trazados previamente, los jóvenes participantes demostraron interés y muchos deseos de trabajar durante los dos días, mientras reflexionaron acerca de un tema tan importante como el de la Misericordia. Estamos, sin duda, muy felices por el resultado alcanzado.”
Por su parte, Sofía Mora Azofeifa, quien participó de la Pascua Juvenil, señalo que “en lo personal fue una actividad muy provechosa y fructífera, en ella realizamos diferentes actividades para reforzar nuestro conocimiento y manera de ver el amor de Dios. Me hizo crear conciencia del inmenso amor que tiene Dios a nosotros sus hijos, a pesar de nuestros errores y pecados. Que a cada uno de nosotros como jóvenes nos hace un llamado para servirle, para seguir su camino, el camino del bien… Nosotros tenemos el deber de atender ese llamado, pero muchos no lo hacemos… La decisión está en cada uno de nosotros. En la actualidad hay muchas cosas que para los ojos de un joven suelen ser más atractivas que asistir a la eucaristía o a una actividad de la iglesia, las tentaciones siempre van a existir pero debemos ser conscientes y priorizar. ¿Qué es más importante? ¿Mi salvación, seguir al único que me ama tal cual soy, con mis defectos y virtudes, ese que me acepta con todos mis pecados, ese que es capaz de perdonar a cada uno de ellos, a ese que es Dios….? ¿O seguir cualquier otra actividad, persona o cosa que no me va a llenar como persona, que no me va a llevar a ningún lado…? Tenemos la capacidad de saber qué es bueno y qué es malo. Por tanto, NO DEBEMOS ATENDER EL LLAMADO DEL PECADO. Tenemos el deber de ayudar al que lo necesita, sin esperar nada a cambio, dar porque de mi corazón nace y no porque me sobra o porque quiero que vean lo que yo hago. Ser compasivos, amar a mi prójimo como Dios lo hace. Tenemos que ser o no ser, estar o no estar, fría o caliente, Dios quiere algo fijo, nada a medias. Dios es misericordioso y nos invita a cada uno de sus hijos a seguir ese ejemplo, a ser como Él, a amar incondicionalmente sin ver religión, color de piel o cualquier otra cosa que en estos momentos me impide hacerlo».