Jubileo para Educadores en Los Santos

El viernes 11 de noviembre se celebró el Jubileo de la Misericordia para los Educadores, en Los Santos; esta celebración que se realizó en el templo Parroquial San Marcos Evangelista, contó con la participación de personeros del MEP y docentes de primaria y secundaria de Educación Religiosa de la zona.

Luego de participar de la peregrinación en el contexto del Jubileo de la Misericordia, Mons. Vittorino Girardi les recibió y motivó a encontrar el verdadero sentido de pasar por la Puerta Santa.

Durante la homilía, el obispo emérito de la Diócesis de Tilarán, recordó que es un auténtico regalo de Dios el poder pasar por la Puerta Santa y obtener la indulgencia plenaria. Así mismo, comparando los términos de belleza y fealdad, inteligencia y tontera, salud y enfermedad, donde en la historia de nuestra sociedad parece ganar las segundas, afirma que la Iglesia nos presenta la otra realidad, porque como decía el Señor “mi Reino no es de este mundo”, por tanto nuestro mundo no es este.

“Como el niño que se prepara en el vientre de la madre para vivir, y debe salir de donde está a gusto; al igual el ser humano, podemos estar un poco a gusto en este mundo, pero este no es nuestro mundo, para vivir la vida eterna debemos morir a este mundo para nacer a una nueva vida”, precisó.

Al tratar el tema del pecado que lleva a la muerte, manifestó: “la muerte tiene solución, el cristiano tiene esperanza, a eso vino Jesús; por eso vivamos con esperanza”. Cuando Jesús dice: “ámense, ámense, no es que el mandamiento del amor, no existiera; sino que Jesús les deja un mandamiento nuevo, que se amen como yo los amé. Lo esencial de amar como amó Jesús, es como amó Jesús, perdonando”. En esta línea recordó que “el amor se manifiesta en el perdón”.

En la cruz Jesús estaba hablando de la misericordia, porque “Jesús nos enseña a perdonar de corazón”; es por eso, indicó el obispo emérito, “lo que más te hace semejante a Dios es perdonar”.

Finalmente invitó a continuar respondiendo a Dios, y a saber esperar activamente con la confianza puesta en el Señor, ante ello afirmó “animo hay futuro, sí lo hay, el que cree en mí aunque muera vivirá, soy cristiano, tengo que amar como él amó, perdonando de corazón”.

Después de la Eucaristía se compartió un almuerzo en el salón Parroquial de San Marcos de Tarrazú y el Sr. Manuel de Jesús Rojas Ureña, Delegado Episcopal de la Pastoral Educativa, brindó una charla a los participantes en la que hace una relación de su experiencia como educador, de lo orgulloso que se siente de ser docente; durante el encuentro recordó que es necesario ser docente con el fósforo y la candela, es decir: “como una candela tiene que se enciende para dar luz y como un fósforo que tiene que quemarse para encender esa candela”, con esta comparación indicó: “es lo que tenemos que hacer los docentes, que en el trabajo nos desgastamos para darle esa luz a los estudiantes y que ellos aprendan de nosotros los educadores”.

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