Durante el Jubileo de las Familias en San Vito de Coto Brus, pudimos ser partícipes del testimonio de Marjorie Prendas y Froilán Venegas, una pareja vecina de Agua Buena que se unió en matrimonio hace 26 años, y al día de hoy dan gracias a Dios por cada momento que les ha permitido compartir juntos y que por medio de ello les da la posibilidad de transmitir la fe. Don Froilán expresa que la mayor bendición de su matrimonio es poder amarse tal y como son y poder tener cada día el deseo de renovar su amor y el poder vivir junto a sus hijos como familia.
“El matrimonio es la mejor opción para quien quiere compartir su vida con alguien, los motivo a que no lo tiremos a la ligera porque el Señor nos está llamando dentro de este sacramento a ser santos” indicó don Froilán. Así mismo señaló la importancia de cuidar la familia como pilar fundamental de la sociedad, e invita a las parejas a luchar por sus matrimonios para que permanezcan fieles a ellos mismos y al Señor que es el que nos da la vida y la posibilidad de ser felices de acuerdo a su voluntad.
Por su parte doña Marjorie comentó la difícil situación vivida en su adolescencia tras la pérdida de su hermano y su papá. Ante esta situación se reveló contra Dios porque le había quitado lo que más quería, y en medio de estos momentos de dolor es invitada por sus compañeras de colegio a una catequesis, en dónde encontró al Señor Jesucristo como Padre que le ama y que no le abandona en ningún instante. Dentro de la Iglesia católica tuvo la oportunidad de contraer matrimonio y abrirse a la vida, ya que en su juventud jamás pensó en llegar a ser la madre de sietee varones y cuatro mujeres, de las cuales una de ellas es religiosa. Asegura que en nombre del Señor se ha arriesgado a enfrentar la vida y enfrentar noches de desvelo cuando sus niños se enfermaban. “Amo a mis hijos y los ayudo en sus situaciones difíciles” afirmó.
Al finalizar su testimonio envía un mensaje a los niños y jóvenes: “No tengan miedo al abrirse al amor de Dios. Dios nos está llamando y no hay jóvenes ni niños malos. Muchas veces los mismo padres los hemos desvirtuado y hoy vemos cómo parejas de muchos años se separan y el ejemplo que quizás les estamos dando los padres a nuestros hijos no es el mejor, pero el Señor nos llama hoy, a hacer un alto en nuestra vida y ponerla en la manos de él. Jóvenes, ustedes son el futuro de nuestra iglesia, ustedes son el futuro de Costa Rica, por eso no tengan miedo a perder la cara por Jesucristo. Jesucristo les ama tal y como son y el señor nos va a ayudando para que cuando ya nos pase a su Gloria, por lo menos nos encontremos en camino a su santidad”.