Mons. Montero viaja en panga para llevar Evangelio

Este miércoles 26 de julio en el contexto de la celebración de San Joaquín y Santa Ana, Mons. Montero obispo de la Diócesis de San Isidro se desplazó hasta la comunidad de la Hacienda de Sierpe, para compartir lo más sagrado que tiene el católico, la Eucaristía.

Según nos relató doña Blanca Espinoza, el obispo viajó en vehículo desde el centro parroquial ubicado en Palmar Norte por tierra hasta la localidad de Sierpe, donde acompañado de algunos agentes de evangelización se desplazó en panga durante unos 25 minutos, en lo que conocen como río arriba.

Fue así como Mons. Montero llegó a la comunidad de la Hacienda de Sierpe, un poblado conformado por labriegos jornaleros, de gran corazón y suma humildad. La misma realidad de la zona y las carencias en las que viven hizo que no todos pudieran asistir a la celebración según nos relató la señora Espinoza; sin embargo, las tres decenas de fieles que se hicieron presentes estaban llenos de júbilo por contar con la presencia del obispo entre ellos.

Se trata de una pequeña y pobre comunidad, que recientemente es visitada por la Parroquia San Juan Pablo II de Palmar Norte, dicha filial cuenta con unos 6 agentes de evangelización que inician actualmente su proceso de formación. Ahí, el obispo presidió la Eucaristía al ser las 10:00 am de este miércoles, posteriormente compartieron un almuerzo e iniciaron su retorno para evitar la lluvia que amenazaba con hacer más difícil la navegación en el imponente Río Sierpe.

Sobre este experiencia, Mons. Montero nos comentó: “es una comunidad pequeña que ahí está trabajando con las uñas para mantenerse, para seguir adelante en su construcción del templo, pero muy acogedora, una comunidad de gente sumamente sencilla, que tienen poco pues es visible la pobreza pero al menos pueden sobrevivir…; el viaje muy interesante pues nunca lo había hecho, es una comunidad que realmente que por su dificultad de acceso no son visitadas a menudo y por ello se sienten estimuladas y agradecidas, para mí fue una delicia el estar con ellos y celebrar la Eucaristía”.

“Fue una experiencia nueva y te da la idea que hay gente que mantiene la fe en circunstancias nada fáciles; ahorita me lo decía a mí mismo y le agradecía al Señor, porque éstas son las comunidades que ocupan más apoyo y aliento, me gusto estar allá”, precisó Mons. Montero en entrevista al Padre Elí Quirós.

Finalmente, Mons. Montero precisó que su mensaje durante la celebración fue “la importancia del rol de los padres y los abuelos en la educación de los hijos y los nietos, y cómo tantas veces hay hijos que lamentan toda la vida el no haber tenido unos padres como hubieran querido; se requiere entonces de buenos padres para que hayan buenos hijos, porque esas cosas buenas que vienen de los padres son las que duran toda una vida, y aunque los hijos de momento se descarríen queda un algo que nunca se les olvidará”, precisó.

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