El sábado 12 de noviembre, Mons. Montero sostuvo una reunión con las organizaciones de la zona de Boruca, dicho encuentro inició con el Salmo 15; ahí los encargados de los centros educativos presentaron la realidad de sus instituciones, también le expusieron los esfuerzos que se realizan en el Museo de Boruca lugar que es visitado por extranjeros y nacionales, personeros del Centro de Salud compartieron los trabajados que se realizan en esta área, el representante de la Asociación de Desarrollo habló sobre los abusos que han sido víctima la población indígena; finalmente, monseñor recordó que la Iglesia estará al lado de los esfuerzos que se hagan por buscar el bien de los pueblos.
Por la noche del sábado, se reunió con los agentes de evangelización de Boruca, a quienes indicó que “cada quien que se compromete a un ministerio, se compromete a la formación; la diócesis ofrece una formación general y cada grupo debe tener su formación específica; recordando que el lector debe entrenarse muy bien en el arte de proclamar la Palabra de Dios. Estar dispuesto a continuar formándose; donde lo principal es que los agentes trabajen muy unidos entre sí y muy unidos con el párroco. Si existe división ya eso no es Iglesia, no es comunión”.
Durante la jornada dominical, Mons. Montero visitó y celebró la Eucaristía en las comunidades de Boruca, Pilas y Santa Teresita; durante estas visitas se compartió con el obispo parte de la historia de las comunidades, en Pilas de Buenos Aires, le comentaron los esfuerzos que se hicieron en la década de los 50s cuando ingresan vía área con el Sr. Cruz y que tan próspera hizo dicha zona.
Durante las celebraciones de este fin de semana, el obispo recordó que “esta tierra tendrá un fin, lo que conocemos totalmente cambiará cuando llegue la vida eterna, y pasaremos del tiempo a la eternidad, llegará el momento de la segunda venida del Señor, cuando venga en su gloria; y nos juzgará a todos y nos pedirá cuenta, qué hiciste con tus bienes, con el tiempo, con los talentos que me dio y me preguntará para qué los usaste, y tendremos que dar cuentas de todas esas vanidades y lujos en que nos hemos metido; al final de ese juicio habrá premio o castigo, castigo para quien no siga a Jesús y premio a quien haya cumplido la voluntad del Padre”.
Indicó que “la Iglesia nos recuerda en estos domingos que debemos pensar tanto en esta vida como en la otra, porque esta vida es un paso, nosotros no tenemos aquí morada fija, nosotros vamos peregrinando hacia el cielo, hacia la casa del Padre, hacia el Reino definitivo, estamos en un tiempo de paso por esta tierra”, precisó. Momento que aprovechó para señalar que “las apariencias para Dios no cuentan, en esta tierra podemos engañar y esconder las malas obras, pero no sabemos el día ni hora, por eso lo que nos pide es que estemos vigilantes y preparados”.
Precisó que algo interesante de la Palabra de Dios, en este domingo, es cuando nos dice “que vengan persecuciones y sufrimientos, y que venga la muerte si esa es la manera como podemos dar testimonio del Señor y de la fe que tenemos”; para ello es necesario esforzarnos en nuestro trabajo y servicio.
Finalmente, durante las visitas que realizó este fin de semana, pidió a los cristianos de cada una de estas comunidades, la necesidad y la urgencia de adorar a Jesús Sacramentado, con jornadas de adoración por lo menos los días jueves.