Pastor escucha y ora con sus ovejas

Este sábado de Visita Pastoral en Pejibaye inició con el rezo de Laudes, luego de la lectura breve el obispo señaló que “San Pedro nos recuerda que así como vivimos de promesas ya cumplidas, vivimos también de otras que se están cumpliendo y otras que se cumplirán un día, esos son los cielos y tierra nueva; nosotros somos personas comprometidas de muchas maneras como  agentes en la construcción de un cielo y tierra nueva, y entendemos que es la transformación del mundo según Dios, que implica que Él sea el primero, que lo busquemos de todo corazón, sigamos su voluntad, obremos la fraternidad y promovamos la justicia”. Momento que aprovechó para pedir “que este encuentro nos confirme como constructores de cielos y tierra nuevas”.

Por la mañana se inició con un conversatorio con los delegados y ministros; ahí le indicaron que se está trabajando con mucho apoyo de los sacerdotes y esto hace que el servicio sea gratificante, ante esto monseñor mostró alegría y les recordó que “este es uno de los ministerios más importantes y delicados de la diócesis y por tanto este apoyo es necesario”. Agradecen las luchas que a nivel parroquial el padre ha forjado en miras a la comunión en conjunto con los vicarios que la parroquia ha tenido, con las religiosas y con los laicos; ante esto señalan que los delegados han apoyado estos esfuerzos en miras de acrecentar la fe. Agradecen también la cercanía de los sacerdotes y la confianza que ellos muestran al pueblo, esto les provoca el poder servir con ilusión, al tiempo que recuerdan sus sacrificios y esfuerzos diarios en las comunidades.

Monseñor les indica que ambos ministerios “de la Palabra y de la Eucaristía es de lo más sagrado que existe, y les valora sus esfuerzos, porque además tienen su responsabilidad familiar, sus servicios sociales y su participación eclesial; lo anterior es una maravilla y por eso admira su empeño y su buen servicio porque lo hacen con unción”. Al analizar el proceso de formación parroquial, monseñor recordó la necesidad de que los Consejos de Evangelización y Económico de las comunidades sean quienes asuman los costos de transporte y alimentación, a lo que dijo “no es decisión de ellos si ayudan o no, es una obligación ofrecer las ayudas necesarias para la evangelización”. Finalmente, indicó con toda firmeza que “la formación es sumamente necesaria, y eso debe estar claro; un agente sin formación no puede serlo, quien no se forme debe renunciar”, precisó”. Porque “la tarea de un agente es construir el Reino de Dios y su Iglesia, entonces quien no viva la fe, no se forme y no celebre los sacramento no podrá cumplir la misión”.

Finaliza recordando tres cosas esenciales para cualquier agente de evangelización: “primero, formación la cual es absolutamente indispensable e irrenunciable; segundo, la oración porque sin ella nada funcionara, sin ella todo esfuerzos será vano y se perderá el tiempo; y tercer, el testimonio predicando con la vida”.

Luego saluda a los monaguillos que se encontraban en formación, consulta sobre las comunidades donde sirven y les pide “tomar muy en serio lo que hacen”, indicó que ha visto n estos monaguillos mucha responsabilidad pero recordó cómo “hay monaguillos que van por lucir pero luego no saben lo que están haciendo en la misa y no están atentos y no rezan, pido que ustedes sean participantes activos de la celebración”. Luego aprovechó para hacer un breve recorrido por las distintas partes de la Eucaristía como motivación para conocer el sentido de la celebración y su servicio. Finalmente les agradeció su entrega.

Posteriormente se tiene un encuentro con el Consejo de Evangelización Parroquial, ahí el párroco expone las generalidades del plan parroquial que se ha ido generando gracias a las cuatro asambleas realizadas y los trabajos comunitarios sobre este tema. Luego, los miembros de este órgano parroquial, describen el problema financiero que se vive de frente a las políticas de las grandes organizaciones bancarias y cooperativas y sus desventajas para poder salir adelante, incluso muchas veces ofrecen grandes escenarios que nunca se cumplen, señalan también sobre la realidad de drogadicción y la falta de seguridad policial; ante esto, monseñor recuerda que aunque no son situaciones directas al consejo si son realidades ante las que no podemos pasar indiferentes, razón por la cual insta a continuar reflexionando ante la realidad y proponiendo ideas ante los responsables.

Sobre la formación del tronco común, se le indica a monseñor que el material ha sido muy bueno pero la respuesta de los agentes no ha ido en la misma línea, ante esto le solicitan al obispo qué hacer ante esta problemática, máxime ante el nuevo proyecto sistemático de formación; Monseñor recuerda “que es una situación lamentable que los agentes de evangelización no quieran recibir formación, pues para ser agente de evangelización se requiere una formación de toda una vida y resulta que acá hay una cifra muy alta que no asiste; ante eso hay que buscar una nueva sectorización para ofrecer la formación o concientizar cada día más la necesidad, de lo contrario no pueden servir”. Por tanto “el Consejo de Evangelización junto con los sacerdotes al llevar el caminar de la parroquia, y si bien es cierto la última decisión es del párroco, tendrán que actuar, pues queda claro que el catequista que no se forme tendrá que ser suspendido, e igual se aplica a los otros agentes de evangelización”; finalizó el obispo diciendo “doy la autoridad al párroco para que proceda a suspender a quien no se forme”.

Para terminar la mañana, se reunió con la Comisión de Catequesis Parroquial, les dijo que “la catequesis es la niña de los ojos y es uno de los mejores medios de evangelización que tiene una parroquia”. Le comentaron a monseñor que en la parroquia hay más de setecientos catequizandos sirviendo, pero que sufren por el poco apoyo de los padres al proceso y con el agravante de un ambiente muchas veces indiferente por parte de la sociedad; ante esto monseñor manifiesta que “es necesario mantenerse perseverantes en esta misión de llevar el mensaje de Dios porque esta misión no es nuestra sino de Dios”. Y con firmeza indicó que «ser catequista es una vocación, es un llamado para toda la vida, convirtiéndose en verdaderos maestros de la fe, pues en esta misión ustedes se están ganando el cielo».

Por la tarde se visitó la comunidad de Pueblo Nuevo (comunidad que pertenece civilmente a Buenos Aires), ahí se reunieron fieles de las comunidades vecinas de San Vicente y Las Delicias; durante la homilía, monseñor recordó que la Palabra de este domingo nos hace como cristianos un llamado a cómo “usar el dinero y los bienes materiales, pues estamos llamados a escuchar la voz de Dios ante las injusticias sociales; hay muchas personas en Costa Rica, como dice el Eco Católico en un reportaje, no está ganando el salario mínimo y eso es un robo, y por tanto se está usando el dinero no como Dios lo quiere, hacer plata con él dinero de otro es grave ante los ojos de Dios”, precisó.

“Recordemos que la voluntad de Dios no es que pocos tengan mucho y muchos tengan poco, eso debe quedar claro en la mente y corazón del cristiano; pues partiendo el pan alcanza para todos, como en la multiplicación, si no alcanza para todos es porque alguien se lo está dejando”, insistió. Al tiempo que instó a orar para que los gobernantes entiendan que el pan debe alcanzar para todos, “no hablemos solo mal de ellos, sino que oremos por su conversión, por eso venimos a esta eucaristía, para que esta parroquia, esta diócesis y este país viva dignamente y nos conceda buenos gobernantes y legisladores locales y nacionales, y oremos para que también el Señor cambie nuestro corazón”, finalizó en su predicación.

Finalmente, se celebró la Eucaristía en la comunidad de La Gloria; ahí, durante la homilía recordó que “en cada misa hay que aprender algo nuevo, y al dejarnos interrogar con la Palabra de Dios, debemos preguntarnos cómo estoy delante de Dios y por tanto qué es lo que a Él le agrada. Hoy la Palabra nos pide tener cuidado con la codicia, y es que le dinero es muy peligroso, porque con él se compran personas, conciencias, poder, fama y lujos… cuando no lo empleamos como Dios quiere es peligroso”, afirmó. Durante su predicación recordó la situación de los productores, y dijo: “hoy se sigue jugando con él hambre de nuestra gente, se juega cuando los grandes vienen a comprar con bajos precios y nuestra gente pasa necesidad, como sucede con el ayote que es vendido a 40 colones y luego lo comercian los intermediarios a más de 300 colones, eso es una injusticia”.

Recordó que “somos simplemente administradores, nadie es dueño de nada, en el fondo los bienes los hemos recibido de Dios; y si la codicia nos entra podemos terminar peleando entre nosotros; podríamos decir que nadie me toque porque si no soy capaz de matar, y el Señor nos dice, eso no es aceptable de ninguna manera”. Señaló que antes de caer en una actitud de violencia, egoísmo y codicia, debemos “elevar plegarias, pues matarnos entre nosotros mismos no va a solucionar nada sino que va a traer más ruina, San Pablo dice hoy que para vivir dignamente hay que ir ante la presencia de Dios, la paz verdadera sólo se logra con Dios, porque sólo Él da perdón y reconciliación; el único camino para encontrar la unidad es la oración. Hay que buscar a Dios si queremos que sea Dios quien nos transforme y cambie nuestra vida”, predicó con firmeza.

Luego de un breve compartir sobre la historia del pueblo, finalizó indicando “la paz y el amor no se logran así no más, éstos requiere de tiempo y oración, pero es lo que Dios quiere y es un don que Él da; hagan un esfuerzo para que esta comunidad tenga cada vez más unidad y por tanto más amor”.

 

 

 

 

 

 

 

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