Este domingo 6 de enero, en el contexto de la Eucaristía de la Epifanía celebrada a las 9:00 am en le templo parroquial de San Pedro de Pérez Zeledón, Mons. Fray Gabriel Enrique Montero Umaña confirió la misión de la cura pastoral al Padre Arnulfo Abarca Barrantes.
Durante la homilía, Mons. Montero insistió en que el «párroco no se nombra a sí mismo y tampoco lo hace la comunidad, sino el obispo es quien le entrega la parroquia, y éste la recibe con toda dignidad y con toda la solemnidad, dentro de la sencillez que también debe tener, recibe esa parroquia encomendada teniendo en cuenta, muy en cuenta lo que eso significa, no sólo él sino el pueblo también a quien va a servir».
Haciendo referencia al motivo litúrgico de la celebración, el obispo indicó que «Jesús nació en Belén de forma silenciosa y desconocida, pero Dios ha querido que se manifieste al mundo entero y todos le conozcan sin excepción…; sin embargo, dos mil años después de haber nacido todavía no es una realidad, ustedes saben muy bien que a través de los siglos el cristianismo no ha logrado penetrar en muchos países, en muchos ambientes y en muchas culturas, así también en el corazón de las personas, hay muchos que lo proclamamos como Mesías pero lo negamos con nuestras acciones y por eso en esta Navidad también lloramos, porque nosotros que lo hemos conocido y lo negamos tenemos mucha responsabilidad ante Dios», exhortó Mons. Montero con gran vehemencia.
Fue así, como el obispo indicó que «una parroquia tiene que ser una nueva Epifanía desde donde brille la luz, brille la nueva estrella que no es ni más ni menos que el mismo Espíritu Santo, y por esa estrella seamos guiados hasta el pesebre como sucedió con los magos que fueron capaces hasta hincarse y adorarlo; la parroquia debe ser el centro donde se proclame de toda forma posible la Palabra de Dios, que se enseñe por todas partes esa Palabra, que todos tengan la oportunidad de conocerlo, y digo todos, no unos cuantos porque la religión cristiana no es una religión de un poquito, de un pequeño grupo de privilegiados, en la Iglesia Católica y el cristianismo no hay privilegiados».
Por su parte, el Padre Arnulfo Abarca, en entrevista a Radio Sinaí 103.9 FM, dijo estar «muy agradecido con Dios por la oportunidad de asumir esta parroquia, de pastorear a los hermanos y hermanas con la ayuda del Padre Gerardo y demás hermanos, sabemos que haremos un buen equipo».
«Vivo este día con mucha ilusión, sabiendo que Dios me da una gran responsabilidad después de varios años de estar de vicario, siento que la Iglesia vuelve a confiar en mí, sé que Dios está en medio de todo esto y estoy contento, agradecido y con ganas de ponerle a esta experiencia, es una parroquia muy extensa pero muy bonita, y sabemos que hay muchos hermanos y gente que tienen ganas de trabajar y entonces pues eso me llena de ilusión, sé que no estoy solo y por lo tanto vamos a salir adelante con este proyecto que es de la Iglesia», acotó visiblemente emocionamos el Padre Abarca Barrantes.