Este lunes, en el marco de la Visita Pastoral a la Parroquia de San Ramón Sur, el obispo diocesano viajó hasta el Sector de Los Ángeles en la zona montañosa de Páramo, a su camino fue saludado por niños y feligreses de las comunidades de Santa Eduviges y Santo Tomas, quienes con globos amarillos y blancos además de las porras de bienvenida, manifestaron su alegría por contar con el pastor, razón por la cual Mons. Montero detuvo su viaje para bendecir y compartir brevemente con estos pobladores, a pesar de que no se encontraba en la agenda preparada.
Al llegar a los Ángeles de Páramo, visitó el Liceo de la comunidad, y con el Salmo 8 dirigió a los estudiantes un llamado al justo desarrollo integral, recordándoles que es necesario “nuestra relación con Dios, esta dimensión trascedente del ser humano, no podemos descuidarla…, no se puede ser grandes profesionales si descuidamos la parte espiritual”, precisó. “Un ser humano que no sepa amar no es un ser humano, por más inteligente o títulos si no sabe amar no vale nada”, afirmó.
Durante esta jornada Mons. Montero visitó la Escuela de los Ángeles, la lluvia que imperaba no fue obstáculo para que los niños expresaran la alegría por la presencia del obispo, razón argumentada por el director de dicho centro, que señaló ser la primera vez que se cuenta con la presencia del pastor diocesano en dicha institución, en más de dos décadas de servir en esa zona. Cabe resaltar, que fue un niño de tercer nivel quien guio al obispo por las instalaciones de este centro de primaria que cuenta con poco más de medio centenar de alumnos.
Posteriormente, Mons. Montero sostuvo un encuentro con los agentes de evangelización a quienes agradeció por asistir a pesar de la lluvia y lo que esto significa en momentos donde la recolección del café está en pleno auge y el peligro de la caída del producto por los efectos del clima. Este encuentro dio inició con la oración del Salmo 23, momento que aprovechó el obispo para recordar a los agentes que “el Señor vela para que a sus hijos no les falte nada, el Pueblo de Dios siempre experimentaba la presencia de Dios, así el Buen Pastor no abandona nunca a sus hijos”, indicó.
Con este salmo hizo un llamado a “ser buenas ovejas, si Dios me da bondad y amor debemos dar bondad y amor a los demás; y Si Dios nos cuida así, no debemos de temer al futuro que es la vida eterna porque nos espera nuestro pastor”, precisó.
Durante la presentación de la realidad por parte de las comunidades, cabe destacar la presencia de los catequistas, delegados, grupos de ornato, pastoral juvenil, lectores, jornadas de vida cristiana y monaguillos; como elemento particular, se contaba con la presencia del seminarista Antony que es de la zona y comentó con alegría su pase al Seminario Nacional Nuestra Señora de los Ángeles. A nivel social, le expresaron a monseñor la problemática que se vive con las propiedades que por estar en reserva, siguen si la seguridad de contar con escrituras a pesar de ser poseedores de dichos terrenos incluso desde los años 70s, otros de los temas tratamos fue la delincuencia, la droga, la falta de empleo y el alcoholismo.
A nivel pastoral y evangelizador se evidencia el gran campo de misión por ser escasa la participación de la población en la Hora Santa y los bajos índices de católicos practicantes, otro de los retos es el fortalecimiento de la Pastoral Juvenil hasta el punto de incluirse en el Programa Parroquial de Evangelización.
La jornada terminó con la celebración eucarística en donde indicó que “la liturgia es la forma oficial de la Iglesia de darle a Dios la gloria, pues nunca antes el corazón es más humano que cuando da gloria a Dios a través de Jesucristo”.
Señaló que si la gente “entendiera la liturgia no se perdería la misa, pero la gran mayoría de los católicos no saben lo que significa y se celebra en la liturgia”; por eso aprovechó para formar en este aspecto, recordando que “es en este momento donde el Pueblo de Dios se reúne por la acción del Espíritu para dar gloria Dios, la liturgia se celebra en comunidad porque es donde Jesús se hace presente en medio de nosotros, la liturgia exige que participemos de manera activa, consciente, y no estar distraídos”, puntualizó.
Por eso, con el Evangelio del día recordó que “Jesús va a curar el criado del centurión, y el centurión con humildad le dice a Jesús no soy digno que entres en mi casa pero una palabra tuya bastará para sanarme; así debemos de participar en la liturgia con mucha humildad, no podemos sentirnos mejores que los que no participan de la liturgia, no vallamos a la liturgia con una actitud orgullosa, debemos de acercamos a Dios con humildad porque a Dios no se lo puede chantajear ¿Quién es digno de estar delante de Dios? Por eso al inicio de la liturgia nos reconocemos pescadores, es por eso que con humildad le decimos las mismas palabras del centurión antes de comulgar, no somos dignos pero Dios nos hace dingos de estar en su presencia, de comulgar”.