Iglesia Diocesana de San Isidro, viva en medio de la pandemia

Este 29 de marzo, la Diócesis de San Isidro volvió a vivir la Misa Crismal; esto, en el contexto del Lunes Santo, como tradicionalmente se celebra, debido a razones pastorales. El obispo diocesano junto al presbiterio, acompañado de laicos y representantes de la vida religiosa, se dieron cita a las 10:00 am, para celebrar esta misa en la que destacan la bendición y consagración de los óleos, además de la renovación de las promesas sacerdotales por parte del clero.

Durante la homilía, Mons. Fray Enrique Montero Umaña, recordó que “no podemos descuidar la misión a la que el Señor nos manda, donde debemos buscar el bien y descubrirlo en los hermanos más necesitados”. Así mismo, destinó gran parte de su reflexión para hacer un recuento del bien, que durante este tiempo de pandemia se ha hecho, constatando según sus palabras que, “el Señor ha seguido haciendo su obra en medio de nosotros”.

En sus palabras, destacó el proceso de catequesis. “La evangelización ha ido adelante, los catequistas de forma heroica y muy valiente han desarrollado los procesos; estamos vivos, no muertos, la virtualidad nos ha mantenido”, acotó el fraile Montero. También, tuvo una mención acerca de la formación que continúan los seminaristas desde las parroquias, valorando que, en este tiempo, en vez de perder vocaciones se han ganado; no sólo pensando en los seminaristas, sino en toda la cultura vocacional que esto implica.

Agradeció a Dios también, por la oportunidad de enviar a dos sacerdotes a Roma, quienes se especializan para regresar a servir entre nosotros, haciendo hincapié en que la mano de Dios se mira no sólo en la oportunidad de enviarlos a estudiar, sino también que hasta ahora se han visto libres del virus.

También, hizo referencia a los esfuerzos que se realizan en la Pastoral Familiar, el Tribunal Eclesiástico y el servicio que desde el CEDIOFA se brinda a tantas familias, reconociendo la bendición de Dios que durante esta pandemia se tenga ya operando un CEDIOFA en Los Santos, estemos próximos a tener uno en Buenos Aires y muy pronto otro para la Zona de Coto Brus, según destacó el obispo.

Lo anterior, no quita los retos que en materia de evangelización y pastoral siguen vigentes, afirmando que siempre se debe animar y reactivar todos los esfuerzos necesarios en materia de Pastoral Social, continuar potenciando la apertura de templos con el titánico trabajo que se requiere para estar al día mediante la obtención de los permisos de funcionamiento, pues es derecho de todos los fieles el poder participar de la vida sacramental.

Finalmente, hizo referencia a la inminente llegada de un nuevo obispo a la Diócesis, por quien pidió hemos de orar, “para que sea de mucho bien para la Diócesis, porque traerá nuevas energías, nuevas ideas y nuevas esperanzas; que sea un pastor como la Diócesis lo necesita”; precisó.

Así, Mons. Montero quiso que se tome consciencia de que somos una Iglesia que está viva, la pandemia no nos ha aniquilado, y más bien estamos llamados a preguntarnos: “¿Quién mueve todo esto? Todo va caminado, porque es obra de Dios”, concluyó.

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