En la tercera jornada de trabajo de la visita Ad Limina, los obispos costarricenses visitaron la Congregación para las Causas de los Santos, donde fueron recibidos por el cardenal Ángelo Amato, prefecto de dicha Congregación. Este organismo denominado para las Causas de los Santos, es el encargado de estudiar los milagros, martirios y virtudes heroicas para que el Papa pueda proponer nuevos ejemplos de santidad.
Monseñor José Rafael Quirós Quirós, arzobispo de San José, aprovechó el momento con el cardenal para presentarle a la costarricense María Isabel Acuña Arias, conocida como la «niña Marisa», a la que gran cantidad de fieles le atribuyen beneficios y llevan, ordinariamente, peticiones al mausoleo donde descansan sus restos en el Cementerio de Heredia. Al respecto, “preguntamos acerca de las posibilidades que tendría el inicio de un proceso de investigación, primero, para la canonización de Marisa, de Isabel Acuña. Este primer paso significa mucho, es un primer paso sencillamente”, comentó el arzobispo.
Marisa nació el 5 de marzo de 1941 y murió el 15 de agosto de 1954, pero su corta vida estuvo marcada por el espíritu de servicio, entrega y sacrificio, que han llevado al arzobispo a promover esta posibilidad. “Nos llenaría de muchísima alegría en un determinado momento. Y a su vez, tener desde ya presente que los santos en la Iglesia se proclaman como tal, pero ante todo se quiere mostrar la misma santidad de la Iglesia y la presencia del Señor en el pueblo que él mismo va guiando”, expresó Mons. José Rafael Quirós.
También, Mons. Oscar Fernández, obispo de Puntarenas y Presidente de la Conferencia Episcopal de Costa Rica, dialogó con los responsables de la Congregación acerca de Fray Casiano de Madrid, quien murió en Puntarenas, el 28 de junio de 1965. Este fraile capuchino destacó por su labor social, dirigida especialmente a los niños, en una obra ampliamente reconocida a lo largo del país.
Este caso concreto, marca un tinte especial para nuestra Diócesis de San Isidro, debido a que en Fray Casiano de Madrid descansa el inicio de lo que será la orden franciscana Hermanos de Cristo Obrero, retomada años después por el sacerdote Fray José María Arguedas Méndez, o Padre Chemita como se le conoce de cariño, orden que renace en nuestra diócesis sureña y que actualmente presta sus servicios en el Hogar AMA, Posada Emaús y en cuatro parroquias de la Diócesis de San Isidro.
Al referirse el Pbro. Chemita sobre la muerte de Fray Casiano aquel lejano 1965, en su libro Dios levanta del polvo al desvalido, indica: “el hombre de la confianza total en la Divina Providencia, de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús, a la Sagrada Eucaristía y el amor sin límites a los pobres, había partido de este mundo”, quizá esos detalles narrados en esta obra describen el tinte característico y fundamento de la santidad del fraile de Puntarenas.
Finalmente, los obispos fueron consultados sobre la causa de canonización de la beata Sor María Romero, religiosa del Instituto de Hijas de María Auxiliadora, cuya beatificación solemne fue el 14 de abril del 2002 y sobre la sierva de Dios Margarita Crispi, fundadora de las Hermanas Oblatas al Divino Amor.