Sabalito aclama a Jesús por las calles

Este domingo 29 de mayo, la Iglesia Católica celebró la Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo; la parroquia Nuestra Señora de la Asunción de Sabalito, vivió como tal, esta importantísima celebración.

Desde las 4:00 am, los agentes de evangelización del centro parroquial acompañados por algunos fieles de las comunidades cercanas al centro, iniciaron los trabajos de preparación de altares y alfombras por donde pasaría la procesión con Jesús Eucaristía. Cabe destacar, que aún en horas de la madrugada la lluvia no había cesado, pero esto no fue motivo de desánimo, sino que uno a uno, fueron llegando los encargados de realizar los distintos servicios previos a tan importante celebración. Conforme avanzaban los minutos y por misericordia de Dios, la lluvia cesó y las labores previstas se pudieron realizar sin ningún contratiempo.

Contándose con la participación de fieles de varias de las filiales de la parroquia y en un ambiente de gran alegría, dio inició, a las 8:00 am, la celebración de la Santa Eucaristía. Durante la homilía, el Pbro. José Israel, cura párroco, recordó a los fieles que la Eucaristía es el sacramento del amor de Dios por la humanidad. Y que por tanto es necesario que cada fiel se pregunte: ¿estoy amando el don eucarístico?, ¿me preparo de la mejor manera para celebrar la misa?, ¿mi alma, mi corazón y mi ser están conectados para poder recibir a Jesús dentro de mi corazón? Todo ello, consciente, que cada vez que se comulga al Señor, es Jesús mismo quien ingresa en mi ser. Hecho que convierte a la persona, en Sagrario de Jesús. Por tanto, ese es un compromiso, una posibilidad de mostrar al otro lo que yo llevo por dentro. Y este domingo, se presenta a cada fiel la posibilidad de imitar a Jesús, específicamente en su entrega, entregándonos a él y a los demás, dijo.

Una vez finalizada la Eucaristía y ahora sí, bajo un inclemente sol, se realizó  la procesión con Jesús Sacramentado, recorriendo las calles del pueblo y concluyendo ésta en el Barrio San Rafael, con la bendición, la cual fue impartida con el Santísimo Sacramento. Se contó, durante la procesión, con la participación de niños y niñas de la catequesis y tratándose éste del Año Jubilar de la Misericordia, se aprovechó la oportunidad para reflexionar y orar en cada uno de los altares, acerca de las obras de misericordia, tales como: Dar de comer al hambriento, Vestir al desnudo, Visitar a los enfermos, Rogar a Dios por los vivos y difuntos, Consolar al triste y Perdonar las ofensas.

De esta manera y unidos como una sola familia, los fieles sabaliteños, viven con fe, alegría y compromiso, la Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo, don gratuito de Dios y ese punto más alto de la vida cristiana.

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